NADA ERES TÚ

Hay palabras que dan miedo dejar salir. Da miedo dejarte ver por ahí como el animal indefenso y asustado que sueles ser. Lo que da miedo es provocar a la gente las ganas de huir, de correr lejos de ti. Luego del miedo dan ganas de llorar, de bailar para siempre, ahí en la pista en donde los juicios se te olvidan, lejos de las voces, de las preguntas, distraído de las miradas incisivas. Hoy solo se puede estár seguro en los libros, en los cuentos, en las teorías psicológicas, en las teorías filosóficas, en el blog. Ya que no están tus brazos que parecían no exigirme nada.

No extraño nada de ti. Nada eres tu. Tus brazos no son tú. Extraño tu mirada de rayos X que no eres tú, que reflejaba lo que me gustaba de mí, de ti. Deberían fabricarse espadas del augurio para regalarte una. Las cosas deberían estar bien alguna vez en la vida. Tal vez lo estén para ese que ya no eres. Ojalá lo estén pronto por aquí. Mientras tanto, la vida se paniquea, ataques de ansiedad cubren el cielo y yo si ti, y tú sin ti mismo. No extraño nada de ti. Extraño a alguien que creo conocer, pero que evidentemente no conozco en absoluto y lo que es peor, ese alguien no existe, nunca nació.