martes, septiembre 13, 2005

INCREDULIDAD

Mi desesperación y mis lágrimas recurrentes se resumen en que quiero que me quieras por razones y motivos “reales”.

Confieso que la característica que predomina en mi personalidad es la de intentar siempre entender todo, y cuando lo logro es a través de explicaciones y definiciones.

Debo confesar también que padezco de una enfermedad que no deja que mi cuerpo produzca la sustancia que te debe permitir tener fe.

Me confieso culpable de ver únicamente con los ojos y por lo tanto de creer únicamente en lo que es físico y tangible.

Intento convencerte de que “no” con la firme convicción de que tu te convenzas (y me convenzas a mí) de que “si”, cualquier cosa, pero “si”

Quiero que afirmes y reafirmes y sustentes lo que sientes. Tarea imposible.

Sin embargo, si de algo sirve, no me rindo, y sigo intentando.

Todo esto lo hago con el único propósito y finalidad de creer en estos lazos metafísicos que nos unen.

Intento crear razones lógicas para poder nombrar esto que sentimos.

Intento encontrar una definición universal que valide nuestro amor, para creer el algo en estos, mis días de crisis, de crisis de fe.