SOÑAR: La nueva forma de perder el tiempo
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¿Está cansado(a) de lidiar con la rutina y el tedio?
¿Es nombrado(a) loco de vez en cuando por la gente que le conoce?
¿No tiene nada mejor que hacer mientras le cortan el pelo?
No lo piense más y siga leyendo,
éste es un buen momento para soñar.
Soñar es la nueva forma de perder el tiempo.
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Soñar es una actividad netamente humana, por lo menos hasta ahora no sé si mi perro sueñe con una casa más grande o con tener dinero, poder y un harem canino. Sin embargo sí sé, que los niños sueñan inocente e inconscientemente; privilegiados ellos que pueden dedicar todo su tiempo a actividades lúdicas tales. Los jóvenes por su parte sueñan a contracorriente, quieren crear cambios, ellos poseen la fe y la fuerza. Los poetas sueñan por convicción y necesidad, crecieron y se les quedo la mala costumbre de soñar. Soñar parece raro al crecer, y es que hay cosas mucho más importantes que eso. Soñar es perder el tiempo, lo cierto es que aunque no lo aceptemos abiertamente todos disfrutamos de perder el tiempo -y lo hacemos-. Entonces se me ocurrió en un momento ocioso y completamente inútil (seguro fue un sueño): sí es verdad que solemos perder el tiempo ¿por qué no perder el tiempo soñando?.
Un día alguien soñó que pisaba la luna, y cuando lo logró casi se queda allá por que no previó como regresar a la tierra. Dirían nuestros vecinos gringos que fue “un paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”. Y lo importante del hecho aquí no es el hecho en sí, no es el poner un pie en la luna, es haber creído en que eso fuera posible. Los sueños no son racistas, no discriminan a nadie, así que si usted se encuentra en cualquiera de los siguientes casos y nunca ha intentado soñar, lo hizo algún día pero ya olvidó como hacerlo, lo invito a que lo intente una vez más. Sueñe. Sueñe sin esperar. Sueñe despierto para que si un día su sueño se vuelve realidad tenga los ojos bien abiertos para verlo.
* Señora que gusta perder el tiempo frente a una pantalla soñando con una vida de telenovela, la invito a soñar sin sueños guiados de televisión, salga a pasear pues con su imaginación. No soy yo quien limite sus sueños, es usted. Sueñe con lo impensable, eso es soñar. Si le puedo dar una idea, sueñe con unos hijos que sueñan, sueñe a que vive sus sueños, hágalos o no realidad, pero vívalos.
* Si es usted un político que gusta perder el tiempo en reuniones formales e innecesarias, lo invito a perder el tiempo soñando. Puede soñar a su antojo, con cuentas de banco en Suiza, con yates y residencias pero entonces por favor cambie de ocupación o trabaje más. Si quiere robar, róbeme alguna idea. Sueñe en construir su lugar ideal para vivir, pero sueñe en grande y no solo haga ideal su casa, sino su país.
* A usted que está perdiendo el tiempo en la oficina leyendo revistas y artículos idealistas, sueñe pues con su trabajo ideal, aquel en el que disfruta haciendo lo que le pagan o mejor aún, o lo que es lo mismo en el que le pagan por hacer lo que le gusta. No sueñe, apasiónese a tal punto que viva realizando: sueños o lo que sea; si le pagan que mejor, si no le pagan acuda a un abogado.
Soñar es de humanos y al crecer nos empeñamos en ser animales. Quien sueña con un mundo mejor no es un visionario, es un iluso. Llámeme ilusa, pero hoy quiero soñar con un mundo que sueña. Si no queremos soñar, por lo menos los invito a imaginar que somos el animal de nuestra preferencia, tenemos libertad de escoger en este espacio. No hay manual ni para los sueños ni para la imaginación, no se aprende, es cuestión de práctica. Pero está bien si se rehúsa a soñar, si reniega de su calidad de humano y quiere ser un animal. Escoja: ¿quiere ser usted un koala, un chimpancé o el rey de la selva?. Haga una pausa en la lectura y piénselo bien… Ahora que ya ha escogido alguno, permítame decirle señorita, caballero, que lo lamento mucho. No quería soñar, pero ya ha dado el primer paso. No puede ser, por lo menos en este texto ni un koala, ni un chimpancé, ni el rey de la selva el día de hoy. Ya vio que la imaginación lo puede todo hasta convertirlo en rey. Ahora imagine, sueñe un poco más alto, un poco más lejos por favor, siga perdiendo su tiempo.
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¿Está cansado(a) de lidiar con la rutina y el tedio?
¿Es nombrado(a) loco de vez en cuando por la gente que le conoce?
¿No tiene nada mejor que hacer mientras le cortan el pelo?
No lo piense más y siga leyendo,
éste es un buen momento para soñar.
Soñar es la nueva forma de perder el tiempo.
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Soñar es una actividad netamente humana, por lo menos hasta ahora no sé si mi perro sueñe con una casa más grande o con tener dinero, poder y un harem canino. Sin embargo sí sé, que los niños sueñan inocente e inconscientemente; privilegiados ellos que pueden dedicar todo su tiempo a actividades lúdicas tales. Los jóvenes por su parte sueñan a contracorriente, quieren crear cambios, ellos poseen la fe y la fuerza. Los poetas sueñan por convicción y necesidad, crecieron y se les quedo la mala costumbre de soñar. Soñar parece raro al crecer, y es que hay cosas mucho más importantes que eso. Soñar es perder el tiempo, lo cierto es que aunque no lo aceptemos abiertamente todos disfrutamos de perder el tiempo -y lo hacemos-. Entonces se me ocurrió en un momento ocioso y completamente inútil (seguro fue un sueño): sí es verdad que solemos perder el tiempo ¿por qué no perder el tiempo soñando?.
Un día alguien soñó que pisaba la luna, y cuando lo logró casi se queda allá por que no previó como regresar a la tierra. Dirían nuestros vecinos gringos que fue “un paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”. Y lo importante del hecho aquí no es el hecho en sí, no es el poner un pie en la luna, es haber creído en que eso fuera posible. Los sueños no son racistas, no discriminan a nadie, así que si usted se encuentra en cualquiera de los siguientes casos y nunca ha intentado soñar, lo hizo algún día pero ya olvidó como hacerlo, lo invito a que lo intente una vez más. Sueñe. Sueñe sin esperar. Sueñe despierto para que si un día su sueño se vuelve realidad tenga los ojos bien abiertos para verlo.
* Señora que gusta perder el tiempo frente a una pantalla soñando con una vida de telenovela, la invito a soñar sin sueños guiados de televisión, salga a pasear pues con su imaginación. No soy yo quien limite sus sueños, es usted. Sueñe con lo impensable, eso es soñar. Si le puedo dar una idea, sueñe con unos hijos que sueñan, sueñe a que vive sus sueños, hágalos o no realidad, pero vívalos.
* Si es usted un político que gusta perder el tiempo en reuniones formales e innecesarias, lo invito a perder el tiempo soñando. Puede soñar a su antojo, con cuentas de banco en Suiza, con yates y residencias pero entonces por favor cambie de ocupación o trabaje más. Si quiere robar, róbeme alguna idea. Sueñe en construir su lugar ideal para vivir, pero sueñe en grande y no solo haga ideal su casa, sino su país.
* A usted que está perdiendo el tiempo en la oficina leyendo revistas y artículos idealistas, sueñe pues con su trabajo ideal, aquel en el que disfruta haciendo lo que le pagan o mejor aún, o lo que es lo mismo en el que le pagan por hacer lo que le gusta. No sueñe, apasiónese a tal punto que viva realizando: sueños o lo que sea; si le pagan que mejor, si no le pagan acuda a un abogado.
Soñar es de humanos y al crecer nos empeñamos en ser animales. Quien sueña con un mundo mejor no es un visionario, es un iluso. Llámeme ilusa, pero hoy quiero soñar con un mundo que sueña. Si no queremos soñar, por lo menos los invito a imaginar que somos el animal de nuestra preferencia, tenemos libertad de escoger en este espacio. No hay manual ni para los sueños ni para la imaginación, no se aprende, es cuestión de práctica. Pero está bien si se rehúsa a soñar, si reniega de su calidad de humano y quiere ser un animal. Escoja: ¿quiere ser usted un koala, un chimpancé o el rey de la selva?. Haga una pausa en la lectura y piénselo bien… Ahora que ya ha escogido alguno, permítame decirle señorita, caballero, que lo lamento mucho. No quería soñar, pero ya ha dado el primer paso. No puede ser, por lo menos en este texto ni un koala, ni un chimpancé, ni el rey de la selva el día de hoy. Ya vio que la imaginación lo puede todo hasta convertirlo en rey. Ahora imagine, sueñe un poco más alto, un poco más lejos por favor, siga perdiendo su tiempo.
1 Comments:
El único problema es despertar, eso siempre me cae como un corset talla siete. Aunque bien vale la pena por el rato de placer. Esta invitación es la más loable que he tenido en mucho mucho tiempo.
Tienes razón ¡Hay que soñar! En los sueños es en el único lugar en donde podemos auto otorgarnos libertad. De esa, de la que está tan escasa cuando tenemos los ojos abiertos.
Gracias por este post.
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