SOLICITO CURSO INTENSIVO DE COCINA

A los 16 quería hacer poemas de limón. Que causaran algo aunque fuera una reacción alérgica. Nunca he sido buena cocinera así que a los 20 me fui por el camino de la argumentación. Intenté explicar las ventajas de estar con esta personita que escribe aquí, que si bien no sabe de lógica, si sabe de dar enterito todo su ser. Ni poemas aciditos, ni argumentos eficaces hubo. Siempre he sobrevalorado mis palabras, siempre he creído de más en ellas, a pesar de que no han logrado nada de lo que se han propuesto. He sobrevalorado a mi persona tal vez también. Y solo tal vez…

Que he vivido cosas bien bonitas es cierto, pero no parecen ser suficientes aún. A los 22 no quiero hacer poemas de ningún sabor y para nadie. Me gustaría cocinarme una novela entera, con 5 cucharadas de semiótica en polvo, unas 3 gotitas de memoria selectiva con olor a vainilla, algo de humor negro en trocitos, una ramita de suspenso y hornearlo a temperatura muy alta. Ya lista espolvorearle risas, besos y abrazos a mi gusto, total que es enterita para mí. El único inconveniente es que esta vida (la mía) no da para cocinar novelas, y hasta el momento, que yo sepa nada ha nacido de una chaqueta “mental”.

Nota: (Si no tiene de que menos un recetario que me pueda proporcionar, no sea egoísta y compártame algunos tips de escritura o de sexualidad. La vida lo recompensará.)