GREEN GRINCH. THA WITCH

¿Desde cuando me volví así? No lo sé. Generalmente, vivía en paz y armonía a lado de mi grinches y amargosidad. Hasta que de un tiempo para acá, no sé si debido a algún famoso “cambio de actitud” la vida me parece “bonita” como la canción u know. Claro que no se puede negar la naturaleza, y siempre disfruto de escupir uno que otro -¡¡maneja bien pendej@!!- y en general explorar el maravilloso lenguaje florido que uno ha ido adquiriendo cuando se junta con muchos escuincles groseros. Ni que decir del placer de la queja, de la eterna inconformidad, del mal humor y la visión oscura de las cosas de la vida (suspiro). A pesar de ésto, en mi caso muy particular sí creo que se trata de una tipología enferma, que ha dejado de atraerme justamente ayer. La falta de fe en la humanidad se conserva, no creo en la gente a pesar de que últimamente con sus excepciones obligadas, la vida pinta bastante bien en ese sentido. Me empiezan a faltar dedos cuando hablar de “personas que valen la pena”* para mi se trata, y estúpidamente siento un extraño pánico al respecto. La neta del planeta es la gente, gen-te, con calidad humana, aunque suene redundante, pero es que hay cada animal en el mundo, incluso ya hay una clasificación para los pinches-ojetes-de-mierda escuché hace poco. Sin embargo, las excepciones a la regla dan sentido y valor a esta muy humilde y maravillosa mía vida, que aunque cortita rete loquita, que ni que. La problemática ahora, es no poder superar mi condición de bruja consumada que durante tanto tiempo me encargue de cultivar. No quiero ser grinch ya, y dudo aún tiempo completo. Quiero poder creer en el amor… en la amistad y la compañía sin pragmatismos, just because!!. (Shame on me).


* definición en construcción