viernes, abril 20, 2007

LOLA

mi alter ego mi locura
los ojos planetarios
el alma gemela
la mamá que era niña
la Mamá con M de Mamá
altanera y presumida
consentida arrolladora



dejó 2 camadas de perritos hermosos que crecieron feos
un par de pantalones desgarrados, una sudadera rota y unos tenis con marca de colmillo


Del lado izquierdo de este blog se alcanza a leer "... madre de una perra." Esa Perra con "P" , fue Lolita. Hoy vive en nuestro recuerdo, de todos quienes la conocimos.


De bebe, dormía de día y lloraba de noche.






Con notas tristes
en fa menor
y a la voz de:

"... i took my love,
i took it down.


i climb a mountain
i turned around.

and i saw my reflection
in the snow covered hill,
`till landslide broght it down..."

transcurrieron nuestras primeras tardes juntas.









Como lo mejor en la vida, llegó inesperadamente, valiendo millones y sin costo alguno. Era una bolita negra, pecho blanco, con patitas blancas, apenas del tamaño de mis manos abiertas. Sus ojos atentos acompañaron a esta solitaria niña convertida en madre de la más hermosa de las perritas.




Nos teníamos la una a la otra, suficiente y nadamás.




Tardes enteras, la bolita bicolor de apenas meses de vida, permanecia tibia en mis brazos, irradiando su calor hasta el gelatinoso corazón mío, mientras se escuchaba una y otra vez:

"... oh mirror in the sky, what is love,


can the child within my heart rise above,


can i sail throgh the changing ocean tides,

can i handle the seasons of my life..."


Eso, así ES el amor: tibio, vital,
oportuno, silencioso, desvelado, cómplice,
el de dos almas solitarias que se encontraron para vivir.


Y si todo ésto pareciera cursi, era aclaro, azufre: el tiempo más leve, la despedida del mundo, el absurdo más allá, el desaparecido limbo, el propio destierro hacia donde me dirigía cuando encontré a Lolita en busca de alguien que no era nadie más que yo.

Miradas fijas, de canicas celestes, en azúl intenso parecian adivinarlo todo. Suficiente era no decir nada solo clavabarse en mis ojos. Suficiente para conquistarme y convencerme de una lucha por algo que valía la pena: ella.


Mímesis entre su belleza y mi tristeza desencadenaron noches de desvelo, un entrenamiento que infructuoso, me dió solo un día de regocijo y orgullo, mucho "fabuloso" para la d"olorosa" duela remplazo de la inútil cajita de arena (...y este verso sin esfuerzo).

Lo` gustaba de las muestras de afecto violentas desde bebé. Los abrazos de oso y sobre todo, los masajes en la panza.

Perra hasta el alma, se metió donde no debía muchas veces, fue copiloto en distintos automóviles, usaba la alfombra como baño, los tobillos como carnaza, la cama sin permiso... Odiaba bañarse.

Niña siempre atenta, sociable, y creo yo: muy feliz. Se ganó a la familia entera, nos dio un par de lecciones, se entregó y me regaló: nuestra vida juntas. Mi vida después de Lolita.

Cabe mencionar que mi simpatía por especies de mi mismo sexo es más bien, marcada indiferencia. Siendo así es dificil imaginar que una niña conquistó un buen trozo de esté reconfortado corazón. Lolita: proteína pura, vítamínico, estímulante.... mi mejor droga.



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