viernes, septiembre 23, 2005

UN MES LUNAR

3mil400
Octubre 2005

Octubre es un mes famoso por sus lunas. Existen ciertos mitos o leyendas urbanas rondando por ahí en torno a la luna llena; desde que provoca un mayor número de nacimientos, hasta la aparición de hombres lobo. Nada de lo anterior me consta, pero es cierto que a la luna se le atribuyen ciertos poderes o influencias que ejerce sobre la tierra y lo que en ella habita. No sé que tanta verdad exista en estos mitos, pero me atrevo a afirmar que somos muchos los seres que tenemos fascinación por la noche y junto con ella el cielo nocturno y astros que lo acompañan, es decir la luna y estrellas. Es por esto que también me atrevo a creer que para los románticos, los poetas, los supersticiosos o simplemente los amantes de la noche el décimo mes es el favorito del año.

La única influencia que me consta que ejerce la luna es sobre la literatura. En la escritura del siglo XIX por ejemplo, abundaban los “nocturnos”; la luna en esta época es un recurso muy utilizado a la hora de narrar. En la literatura actual aún podemos encontrar esta influencia, obviamente con un estilo diferente; como en el caso del escritor mexicano Xavier Velasco; un ser de esos que siente esa extraña fascinación por la noche, cuyo estilo no me atrevo a definir, pero lo describiría como urbano, sarcástico, divertido, de alguna manera oscuro, ingenioso y debo decir también que muy mexicano. El mismo Velasco menciona que tenía “el vicio de inventar de noche todo aquello que de día era impensable” y es éste precisamente uno de los mayores atractivos de su escritura, logra que el lector pierda de vista la delgada línea que separa la realidad de la ficción.

Xavier Velasco nace al sur de la Ciudad de México, en San Ángel para ser exactos, escribe su primera novela en 1994 titulada Cecilia. Lo que no debes esperar nunca de la lectura de Velasco es algo convencional, basta con mencionar el título de su segunda novela publicada en medio del cambio de siglo para empezar a darnos una idea de ésto: es en el año 2000 cuando se publica Luna llena en las rocas. Crónicas de antronautas y licántropos. Es tres años más tarde cuando aparece el libro con el que ganó el Premio Alfaguara 2003: Diablo Guardián. En el 2001; otra mexicana, Elena Poniatowska había ganado este mismo premio por su novela La piel del cielo.

La primera vez que leí Diablo Guardián - debo confesar - me enamoré de Violetta; el personaje principal, algo patológico tal vez, por que no conozco hasta ahora a ningún otro lector enamorado de ella. No quiero adelantar nada de la historia, apelo a su confianza para que le dediquen a este libro de quinientas páginas, que se terminan inevitablemente, un par de horas de su día. Además de la historia y el final que a mi consideración es de los mejores logrados que he leído, este libro es un texto que vale la pena leer para ver lo que se está produciendo en nuestro país en materia literaria actualmente.

Estuve pensando varios días, buscando “una” palabra que pudiera englobar el sentido del texto; no creí que fuera tan difícil, casi me cuesta el trabajo, el sueño y peor aún el propio orgullo encontrarla, después y solo después de aplicar el autoencierro y tirarme un clavado a cuanto libro encontraba, la palabra que buscaba era “intensidad”. Al terminar el libro casi puedo asegurarlo te darán ganas de correr, me atrevo a llamar a Xavier Velasco el escritor del vacío; en un sentido positivo, por que es lo que sientes en el pecho al terminar esta novela, un vacío parecido al que sientes cuando te enamoras por primera vez en la adolescencia.

Al parecer fue una mujer la que tiene un alto grado de responsabilidad en el hecho de que Xavier Velasco haya podido escribir esta novela ganadora del premio Alfaguara o lo que para el significó: “La Salvación Alfaguara”, de cualquier forma si fue una mujer o la noche, o a los efectos de la luna a quien haya que responsabilizar, lo menos que yo haría sería también darle las gracias.

Literatura a la mexicana


3mil400
Septiembre 2005

Siendo éste el mes patrio y para iniciar con esta sección he decidido platicarles acerca de un libro escrito por un periodista, y filósofo mexicano, Óscar de la Borbolla, que con su humor un tanto oscuro, seguramente hará correr el tiempo a gran velocidad al momento de leer cualquiera de sus cuentos.
El tiempo, sobre todo para la gente que vivimos en las ciudades, es oro literalmente, hay que distribuir el tiempo de nuestro día entre la escuela, el trabajo, la familia y para los más afortunados, también entre los momentos de ocio, los amigos y las reuniones sociales, que a veces buena falta nos hacen.
La literatura es para las élites platicaba hace poco una filósofa; graduada en filosofía claro está, ya que lee solo aquel que tiene tiempo, pero sobre todo que está dispuesto a dedicarlo a la lectura, corriendo el riesgo de que al terminar el libro se dé cuenta de haber leído el libro equivocado, es decir, aquel que nos deja con el sentimiento de haber desperdiciado dos horas o más de nuestras vidas generalmente.
Nuestro tiempo es muy importante y es por eso que con esta sección pretendo (tal vez a veces tengo pretensiones muy altas) hacerles algunas buenas recomendaciones literarias cuyo objetivo es que se pasen un buen rato y que al terminar de leer algo no les quede esa sensación que no sé describir, pero es muy semejante a la que se tiene cuando vamos al cine y la película que vimos estuvo aburridísima.
Como les decía al principio, esto del patriotismo es algo que se me asienta como a muchos, en los mundiales de fútbol o en el mes de Septiembre, por eso me di a la tarea de escoger una buena obra mexicana, de un autor patriota también como él mismo lo declara en su libro “Asalto al infierno”, un libro de ocho cuentos, incluido el que le da nombre al mismo.
“Asalto al infierno”, el libro, nos invita explícitamente a alejarnos de nuestra vida cotidiana y hacer un viaje, el más barato que hemos hecho y tal vez el más lejano, uno por los lares de la imaginación.
No quisiera causar demasiada expectativa, sin embargo sí quiero advertirles que su imaginación puede llegar a volar tan alto que tal vez antes de terminar el libro les den unas ganas tremendas de enamorarse, o tal vez incontrolables instintos de frotar lámparas en busca del genio de la lámpara, en el mejor de los casos. En el peor, que no puedan esperar el tiempo de llegar al trabajo para golpear a su jefe, o peor aún ser el jefe y al llegar a la oficina, encontrarse con que lo están esperando para ser golpeado.
Esta serie de cuentos la recomiendo “para todos”, mas bien para todos los mayores de quince años, ya que es un libro que nos sorprenderá, para los que les gusta leer poco a poco, pueden ir leyendo cuento por cuento, los que se inician en la lectura éste, sin lugar a dudas, es un buen comienzo, también para aquellos que gustan de una lectura dinámica que te hace pasar un buen rato y de cuando en cuando te arranca una sonrisa o una carcajada según sea tu humor, y ni que decir de aquellos a quienes gustan las lecturas que te hacen reflexionar acerca de la vida, en fin, para aquellos a los nos gusta todo lo anterior éste es el libro, como pocos, en el que puedes encontrar todo eso. No quiero dejar a nadie fuera, así que lo recomiendo también ampliamente para los difíciles de conquistar, se los dejo no de tarea, sino de reto y espero recibir su retroalimentación para saber que les pareció el libro seleccionado en éste tan mencionado mes patrio.

De acuerdo

Yo tampoco quiero nada civilizado, ni normal, ni sensato, ni estable, ni cotidiano
Ni tampoco quiero olvidar lo que yo quiero
Y que es a ti a quien más quiero
Por que no adivinas mis pensamientos, pero los sabe tu voz
No importa tu no sentido de la moda, por que tú eres el que tiene sentido
Que al final me importa poco el sentido, por que lo que se siente; por fortuna, no lo tiene
Y tal vez si quiero columpio en el jardín
Y tal vez a veces escena del sofá
Y tal vez no quiero que mueras por mí
Pero si quiero volvernos locos tú por mí y yo por ti
Y si yo no quiero contigo ni sin ti, nunca será por ti, acaso a pesar de ti

martes, septiembre 13, 2005

INCREDULIDAD

Mi desesperación y mis lágrimas recurrentes se resumen en que quiero que me quieras por razones y motivos “reales”.

Confieso que la característica que predomina en mi personalidad es la de intentar siempre entender todo, y cuando lo logro es a través de explicaciones y definiciones.

Debo confesar también que padezco de una enfermedad que no deja que mi cuerpo produzca la sustancia que te debe permitir tener fe.

Me confieso culpable de ver únicamente con los ojos y por lo tanto de creer únicamente en lo que es físico y tangible.

Intento convencerte de que “no” con la firme convicción de que tu te convenzas (y me convenzas a mí) de que “si”, cualquier cosa, pero “si”

Quiero que afirmes y reafirmes y sustentes lo que sientes. Tarea imposible.

Sin embargo, si de algo sirve, no me rindo, y sigo intentando.

Todo esto lo hago con el único propósito y finalidad de creer en estos lazos metafísicos que nos unen.

Intento crear razones lógicas para poder nombrar esto que sentimos.

Intento encontrar una definición universal que valide nuestro amor, para creer el algo en estos, mis días de crisis, de crisis de fe.